lunes, 14 de julio de 2014

Por un Millón de Pasos: Comenzamos nuestra ruta en Alarcos

Nuestra andadura virtual por la ruta de los Castillos y Batallas comienza por el principio, en la localidad de Alarcos, Ciudad Real. Alarcos, además de estar poblada desde épocas antiguas, fue punto clave por la batalla entre Cristianos y Musulmanes que se produjo en 1195 y que sería determinante durante un tiempo en las aspiraciones cristianas de reconquistar la península.


Alarcos fue un importante asentamiento de la tribu de los oretanos, famosa entre otros hechos por haber derrotado y dado muerte al general cartaginés Amílcar Barca. En este lugar edificaron una importante ciudad, bien organizada en torno a calles pavimentadas con piedra, y casas rectangulares de una y dos habitaciones, con zócalo de piedra y cubierta vegetal. Contemplaremos su vida cotidiana a través de los útiles de bronce, hierro y hueso que utilizaban, y sus ritos funerarios. Y sobre todo cómo, desde este lugar, fueron capaces de controlar el valle del Guadiana, y el paso entre la meseta, el sur y el levante penínsular.

Pero Alarcos fue también el gran proyecto urbano del rey Alfonso VIII de Castilla, y visitándola podemos comprender la organización de la Reconquista, su alcance y consecuencias. El proyecto urbano del s. XII aprovechó los restos ibéricos, erigiendo la gran muralla de tres metros de espesor que hoy podemos recorrer. Además de un gran castillo en su centro urbano que conserva dependencias e instalaciones, como la fragua, las cocinas, cuadras y alcobas, etc.

Sin duda lo más interesante es que el desarrollo de la ciudad se vio interrumpido ante la reacción almohade, que temía que el reino de Castilla tuviese un asentamiento desde el que invadir el territorio musulmán. El califa Yusuf, en la Batalla de Alarcos, librada en las cercanías de la ciudad en 1195, derrotó estrepitosamente al rey Alfonso VIII, y el proyecto de reconquista se vio interrumpido.

Los cristianos tardarían casi veinte años en rehacerse y en asentar definitivamente su poder en el sur mediante la Batalla de las Navas de Tolosa, en 1212. En agradecimiento a la victoria erigirían en la Ermita de la Virgen de Alarcos. La ciudad de Alarcos, por su parte, quedaría para siempre inconclusa, aunque en las cercanías surgiría su sustituta, una tal Villa Real, que andando el tiempo sería el gran núcleo urbano de Ciudad Real.


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